Soy Marga y desde la tierna edad de 16 años me encuentro inmersa en la maravillosa historia de Son Barceló Mas. Hace dos años, experimentamos un significativo salto generacional debido a la jubilación de mis padres, marcando el comienzo de un nuevo capítulo en la gestión de la finca. Sin embargo, en Son Barceló Mas, no somos simplemente individuos, somos una apasionada familia. El amor que profesamos hacia este lugar se manifiesta diariamente al pasear entre los olivos y admirar el florecimiento de las plantas y árboles. Nos entregamos a la tierra con devoción, alimentamos a las gallinas, y cuidamos cada rincón, otorgándole así un carácter especial.

Esta conexión única no sólo me involucra a mi sino también a mis padres y a mis adorables hijas. En Son Barceló Mas, nunca nos falta la emoción; ya sea alimentando a las gallinas, visitando a la encantadora yegua Rita, o disfrutando de paseos en bicicleta. En los cálidos días de verano, la visita a la playa se convierte en un ritual obligatorio. Nos enorgullece llevar un estilo de vida saludable y apacible, y aprovechamos cada oportunidad para explorar nuevos destinos. Son Barceló Mas no es solo un lugar, es nuestro santuario, donde la vida florece en armonía con la naturaleza y cada día es una nueva aventura.